Un olor a sexo que repugna

Unos pantalones baratos con unos pantanosillos, mas baratos aun, con rastros de sucio, un condón usado. En el suelo, un frasco de un liquido que facilita las cosas, un baso de agua a medio terminar, un reloj sin marca, un cuerpo bien definido, sin valor alguno, en su espalda un animal tatuado que no existe, contemplándome mientras escribo. Un olor a sexo que repugna y una habitación que promete no contar nada.